lunes, 29 de octubre de 2012

VII Raid de Mula

Desde hace unos años este es el aspecto de mi taquilla en el parque de bomberos, la del vestuario, no la del equipo ni la de la comida:


Si te fijas, arriba a la derecha, colgado de la puerta, está el dorsal con el que corrimos Jesús Santa y yo hace tres ediciones, en el 2010, y que nos habíamos ganado el año anterior al quedar terceros. Pues ahí está desde entonces, una ilusión desde hace ya mucho tiempo.

Te puedes imaginar entonces las ganas con las que íbamos a correr Juan Pedro y yo el raid de Mula de este año. No era ir a saco, era correr la carrera para disfrutar y, por supuesto, intentar ganar.

Este año teníamos despistado al personal con el nombre del equipo: 'Running Center Murcia-Surco'. Nada de Aventúra-T por dos motivos: ahora es Juan Pedro el que nos proporciona el material desde su tienda y, por otra parte, me tuve que federar por el Surco al no poder hacerlo por el Aventura-T porque Charlie no había federado al club este año (falta de personal que quisiera federarse en orientación).

El día de la prueba empezó temprano: para mí dos días antes, preparando el material para llevarlo a la guardia (24horas en Infante y tenerlo preparado para el sábado) y para Juan Pedro el sábado temprano: me llama para decirme que está lloviendo (ya lo sabía, soy bombero y estoy de guardia, ¡¡estamos en alerta naranja!!) y que su bici se puede romper... en fin, le digo que cuanto más duras sean las condiciones mejor para nosotros, etc., y lo convenzo para al menos subir a la salida en el Niño de Mula. Una vez allí vemos que no falta nadie y que la prueba no se suspende. Decidimos salir.

Salida en el Niño. Se me ve sequillo ¿no?

Nos preparamos, preparamos el material, charla técnica y a la salida. Con diez minutos de retraso se da la salida. Diez horas de carrera por delante con dos etapas bien diferenciadas: la primera de bicicleta y la segunda de carrera, con sus pruebas especiales. La salida es a las 10.10 y hay que comer entre las 14.30 y las 16.30 para el cambio de sección. Decido ir a saco a por las pruebas especiales en esta primera etapa de bicicleta y resulta que la mayoría de la gente no elige esta opción, por lo que vamos solos durante casi seis horas. En el punto cinco nos ponemos de barro hasta arriba, tardamos más de diez minutos en hacer un tramos de 200m de camino. Aquí decidimos evitar los caminos embarrados a toda costa.

Prueba especial de escalada y rápel. Foto de Carlos Villarreal. 

Por el resto (dejando el barro, el agua y el frío de lado) todo va más o menos bien. Llegamos los primeros a todas las especiales y no tenemos que parar en ningún sitio. Vamos despacio para no reventar el cambio trasero pero la orientación es casi perfecta, sólo tenemos que parar en el punto 8 donde han robado la baliza y no encontramos las checas. Al final encontramos el papelito con el número pero no nos vale para nada porque comprobando las clasificaciones he visto que Juan Pedro no ha entregado el papel... menos mal que al final no ha sido decisivo.

Llegamos a la comida, dejamos la tarjeta y cogemos el mapa de la segunda etapa. Me pongo un buen plato de macarrones y cogemos un par de coca-colas. Voy pintando el mapa mientras como y mientras Juan Pedro se cambia para correr yo repito macarrones y coca-cola. ¡Hay que llenar el depósito!

Me cambio y empezamos a correr. Repasamos el material obligatorio sobre la marcha y Juan Pedro se ha dejado ¡la baga de anclaje! De vuelta al coche, la coge y empezamos otra vez. De nuevo a saco a por las especiales. Adelantamos a cinco equipos de camino a la tirolina espectacular sobre el río Mula (creo) junto a la vía verde y seguimos por un barranco balizado hasta un camino que nos llevará al primero de los dos rápeles ESPECTACULARES que nos han preparado.

Tirolina. Aunque hace frío, yo de corto. Con dos cojones.

Se me atragantan los rápeles porque no he encontrado el stop y me tengo que tirar con el gri-gri, que no me deja mucho margen de maniobra. Termino el primero un poco contrariado, y el siguiente punto se nos resiste porque no veo bien la descripción del punto y entiendo que es en la rambla en vez de en una cueva. Craso error, es un punto obligatorio, hay que encontrarlo y perdemos bastante tiempo. Entre varios equipos damos con la baliza y seguimos camino. Nos queda rematar la jugada con un nuevo rápel, bajada por un barranco y a pillar todos los puntos que podamos hasta la meta. Ponemos un ritmo salvaje, nos da tiempo a pocas florituras, pero hacemos muchos puntos y alcanzamos a muchos equipos, entre otros a los Malvariche, con los que a posteriori nos jugaremos la victoria.

Llegada a meta con 12 minutos sobre el límite. Contentos, limpiamos las bicis, recogemos y a casa a descansar un poco, que mañana es la definitiva.

Domingo. Llegamos a la salida, de nuevo en el Niño, y miro la clasificación provisional. Algo me decía que lo habíamos hecho bien y lo confirma nuestro primer puesto con 26 puntos de diferencia sobre nuestros amigos y compañeros del Malvariche y unos 35 sobre Los Trepas, unos clásicos en este raid. Las cosas marchan bien.

Salida a las 9.30 con media hora de retraso; no para de llover y hoy no nos abandonará la lluvia hasta el final de la jornada. Salida en tromba y decido que vayamos a por el punto con el que terminamos la etapa de ayer: el 26. Allí, mientras Juan Pedro tica, decido la estrategia, primero las balizas al norte y los puntos obligatorios, luego el score urbano en Mula y terminamos de vuelta al Niño de Mula con las balizas del sur. Dicho y hecho. Al tener que suspender las dos pruebas especiales del día, los patines por Mula y el rápel a la torre del pueblo, el score se hace rapidísimo y de las cuatro horas y media que teníamos para terminar esta última etapa necesitamos sólo tres. A casi todos los equipos les da tiempo de completar el recorrido, menos a 'Perdidos y sin brújula' que salen con una sola bicicleta, en run&bike, porque ayer rompieron la bici de José; pero no fue la única: de los cien participantes, dieciocho partieron la burra. Ahí es nada.

En Mula, empapados, justo antes del Score.

En meta estaba preparada la última sorpresa: una vía en rocódromo, con seis movimientos, que daría unos puntillos... veinte por cabeza!!! Nos jugábamos el raid en seis movimientos... Por suerte los dos estamos escalando bastante y le vía no era complicada. La hicimos los dos y nos fuimos al bar a celebrarlo. Los Malvariche corrieron una suerte diferente: Antonio subió sin problemas pero Juan Pedro no pudo pasar el segundo movimiento, que era la clave (pasar de un agarre bueno a una pinza con la izquierda y una regleta con la derecha) y perdieron veinte puntos con los que hubiesen sido segundos. Esta plaza la ocuparon Los Trepas que seguían al acecho por si alguno fallaba.

Y qué decir. Bueno, Juan Pedro no se puso a dar botes. Creo que ha sido algo que hemos tardado unos días en asimilar. Parece una tontería pero le teníamos tantas ganas que no pudimos alegrarnos hasta el último momento y, incluso entonces, lo mantuvimos para nosotros mismo. Es lo que tienen estas cosas. Tan efusivos siempre y aquí...

Podium en élite (por así decirlo...).

Como siempre en este raid, un diez a la organización. Hace años que nos dan los mejores mapas de raids que se pueden dar, grandes recorridos y una atención infrecuente vayas donde vayas. De diez. Pero sé que este año es sólo un nueve para lo que va a ser el año que viene... siempre se superan.

Tenía ganas de estar otra vez ahí y lo hemos conseguido. Gracias a Juan Pedro por ser mi compi y gracias a mi mujer y mis crías que todos los días me apoyan en los entrenamientos y las competiciones de este cafre al que tanto le gusta el monte. Mis padres lo sufren en silencio... Un beso a todos.

Nos vemos por el monte,
Carlos.