lunes, 25 de febrero de 2013

IV Subida al Portazgo

Me parece a mi que no nos damos cuenta de lo viejos que nos hacemos hasta que nos llevamos un palo de estos.

Hace dos años, en este mismo circuito y, eso sí, sufriendo como un perro marqué siete minutos menos que ayer, 24 de febrero, en la carrera por montaña del Portazgo. Además, quedé el quinto, no sé si segundo o tercero de mi categoría, en fin, lo normal hasta esa fecha, a lo que estaba (mal) acostumbrado.

Yo fui, al menos en Murcia, de los componentes de la segunda oleada de aficionados a las carreras por montaña. Me explico: cuando yo llegué ya había gente que practicaba este deporte desde sus inicios y en el que yo caí de rebote cuando me aparté un poco del triatlón. Fue llegar y besar el santo: cuarto en Calasparra, tercero en la Al-Mudayna (disputando con Jesús Molina y Paco López Granero), quinto en Ricote, segundo en la liga regional,.... en fin, yo no estaba acostumbrado al podium pero se le coge el gusto pronto.

Esa segunda oleada apartó o le puso la cosa difícil a la gente que llevaba ya tiempo: Charlie Arribas, Juan Pedro Gálvez, Meroño, Antonio Alcaraz y otros. Seguro que me equivoco y no incluyo algunos nombres pero me arriesgo. Entonces empezamos a estar por delante Roche, Juanlu, Javi Salar, Jesús Molina y yo mismo y siempre nos veíamos en la carrera al principio, en medio y al final.

La tercera oleada, como yo la llamo, se ha hecho esperar pero ha llegado con fuerza. Hace dos ediciones no reparé en un chaval de La Unión que quedó por detrás de mi unos cinco minutos y que no vi en toda la carrera: Fran Díaz Pozo. Pues bien, ahora es el estandarte de toda esta generación que nos está desplazando a los viejos. Alguno aguanta, como Javi Salar, pero los demás...



Después de tanta introducción, la carrera: después de tres semanas de la celebración del asalto al Buitre y con mucho volumen de monte, me presentaba con ganas de hacer algo bueno en Cieza. Pero nada más salir me doy cuenta de que no tengo gasolina, las piernas van vacías.

Foto de las Inov-8 235 tomada por Javi con una GoPro enterrada

La primera subida la recordaba fuerte pero llevadera, corta; hace dos años la hice con Juanjo Larrotcha (que este año no corría) y la subí con un punto de margen. Este año me he dado cuenta de lo exigente que es, con bastantes puntos de trepa. Y la bajada... sólo decir que dos de los que iban delante terminaron en el ambulancia, uno con un hombro fuera y otro con una brecha en el tibial anterior derecho (me paré con él para socorrerlo hasta que llegó uno de la organización) y al que luego me dijeron que le tuvieron que dar ¡Ocho! puntos.

Otra gran foto de Javi Martínez

Luego voy cogiendo gente en la subida larga hasta que paso sobre el 12 por el pico del Portazgo, pero con muchos detrás pegados, y empezamos a bajar. Toda la primera parte la hice tirando de agua en los avituallamientos con mis geles y en el quince cometo el error de beber isotópica de la organización sin nada más. Me empieza a doler el estómago y a partir del kilómetro 20 me quedo pajarito. Unido a la falta de fuerza en las bajadas técnicas hace que pierda plazas y tiempo. Al final llego en el puesto 18 con un tiempo de 2h25'. Peor de lo que esperaba, peor que hace dos años.

Me hace plantearme qué hacer: lo comenté con Jesús Molina ¿entrenamos más para luchar o nos dejamos ya? No os tengo que decir lo que me respondió ¿verdad? Los viejos rockeros nunca mueren.

Nos vemos por el monte,
Carlos.

domingo, 17 de febrero de 2013

CxM I Asalto al Buitre de Moratalla y más cosas

Como siempre, llego con un poco de retraso.

La carrera del Buitre en Moratalla se celebró hace ya dos semanas, pero bueno, el que lea esto ya está acostumbrado a noticias poco novedosas.


Ahí estaba, en segunda línea de salida, hablando con el churu. Las máquinas delante, menos Paco Díaz Pozo que estaba justo junto a mí y que al final ganó, creo que con comodidad, la carrera.

Poca historia tuvo la prueba: yo venía de dos lesiones en diciembre, una en el pie y una caída en bici que me dejó las costillas tocadas, por lo que poco tenía que hacer. Salí con Juan Pedro pero a los cuatro kilómetros (de 22,5km y 1000m de d+) me dice que él ya ha terminado su carrera, que tire. Bueno, pues a mi ritmo. Son 13km de subida, la mayoría por pista y sólo realmente duros los últimos 500m. Me va alcanzando gente pero llego arriba el séptimo con todos a la vista excepto los tres primeros. Para arriba me había encontrado mal pero para abajo la cosa empeora: entre el estómago que quiere darse la vuelta como un calcetín y deshacerse de su contenido, y las piernas que me fallan por el duro masaje del jueves anterior, tengo que arrastrarme hasta meta.

Finalmente llego en dos horas y un minuto el decimocuarto. Podría haber ido mejor pero también peor. La verdad es que en esta carrera he vivido de las rentas porque no estaba ni de lejos para hacer tantos kilómetros. Pero, como dice el refrán 'el que tuvo retuvo y para la vejez (ahora...) mantuvo'.

Una foto chula de Javi:


Corrí con las NB 1010 para intentar bajar mejor, pero ni por esas. Menuda flojera de patas tenía...

El sábado siguiente, el día 9 de febrero, nos fuimos toda la familia por la mañana a Lorca para hacer una orientación en la categoría Open Amarillo, la más sencilla, la de iniciación para los niños. Adah estaba muy contenta, con ganas de correr, y allí que fuimos, yo con Flor en la mochila, corriendo los cuatro de baliza en baliza. Le dejé una pinza y una brújula y disfrutó como lo que es, una enana.

Además, como se empeñó en correr y la orientación en esta categoría es muy fácil, quedamos los segundos, por lo que doble alegría.

Y para terminar una última nota. Como algunos sabéis llevo tiempo corriendo minimalista/barefoot o descalzo, cada uno como quiera llamarlo. De hecho, el 22 de febrero hace un año de mi primer estreno con las NB MT10, que aún siendo de transición me hicieron entrar en esta forma tan gratificante de correr. Pues bien: después de haber probado muchíiiiiiisimas zapatillas (mi mujer puede dar fe de como tengo la casa de cajas de zapatillas) ya he encontrado las que mejor me van: está claro que para sensaciones y para correr ligero y con los mínimo las que más me gustan son las Merrell Trail Globe. Ahora bien, en descensos pronunciados te juegas una lesión de pie si bajas a muerte, como me gusta y como me ha pasado. El viernes recogí las Inov-8 235 (que en mi número pesan 300grs). Son más pesadas, las sensaciones del terreno las recibes más atenuadas, pero en cuanto agarre, excepcional; para bajadas tienen las suficiente suela como para bajar a muerte; y siguen siendo de 0 drop!!! Sólo me queda probar las Inov-8 150, pero me temo que no protegerán tanto en las bajadas.

Y poco más. El domingo 23, si no pasa nada, correré en Cieza. Entrenando estoy, por lo que espero que salga medio bien. No me he podido inscribir en las fortalezas por lo que probablemente intentaré correr en Alcudia de Veo con mi amigo Toño de pareja una maratón. Siempre preparando el objetivo de la temporada, la MiM Castellón-Peña Golosa en barefoot. Seguiremos informando.

Nos vemos por el monte,
Carlos.

Foto de Antonio Muñoz Ibáñez