miércoles, 21 de diciembre de 2011

Objetivo: Recuperación

Voy a escribir esto para no escribir en un tiempo.

Me voy a dejar de tonterías de volver a competir cuanto antes y de entrenar 'como si' estuviera bien y voy a centrarme en recuperar la fuerza y la movilidad del brazo izquierdo.

El lunes me pegué un sustillo entrenando y dije basta. No puedo poner en riesgo mi recuperación, por lo que hasta que no me den el alta por el accidente haré entrenamientos 'normales' y no competiré.

En fin, en Chiva no competí no por tener cabeza sino porque salió un viaje familiar a Granada al que no podía negarme. Una casa en Jérez del Marquesado bien merecía la pena, pero al final ni lo uno ni lo otro. Ya habrá tiempo, hay más días que longanizas.

Nos vemos por el monte, pero de tranqui ¿eh?,
Carlos.
Foto familiär en el camping La Lomilla de Jérez del Marquesado

domingo, 27 de noviembre de 2011

Me voy a estrellar

Hola a todos:

Bueno, siguiendo la línea de la última entrada, al final me sacaron la aguja pero ni pasé hambre ni me pusieron anestesia. Fue algo surrealista y largo de contar y creer y tampoco es cuestión de despotricar aquí contra alguno que no cumple aquello de 'Primun non nocere' o algo así. Corramos un tupido velo.

Empecé a ver la luz, digo a correr tres días antes de la operación, en la cinta sólo quince minutos y a 10km/h según el cacharro, bastante más rápido según mis cálculos. El día de la operación descansé y luego tres días de media hora en la cinta. A partir de ahí empecé a aumentar tiempo (poco) e intensidad (bastante) hasta que esta semana he salido ya por el monte a correr en serio. Sigo llevando una protección en el brazo para que si me caigo se me rompa cualquier cosa menos el radio.

¡Ah! Me comí 35km en la carrera por montaña del Yeti en Sierra Espuña como corredor escoba junto a mi hermano. Nos lo pasamos de muerte, grandes vistas y caminos, sendas, pistas y una experiencia nueva ver una carrera desde detrás. Se ve gente que no tiene cabeza para estas cosas, que no sabe donde se mete, que en una carrera de 45km con 2500m de desnivel positivo empieza a quejarse de sobrecarga de gemelos en el kilómetro dos... en el seis se tuvo que retirar.

Bueno, a lo que iba: me voy a estrellar y lo sé pero la pared tiene una atracción mayor que los cantos de sirena para Ulises. Voy a intentar terminar la CxM de Chiva para hacer un punto en el UTMB (Ultra Trail del Mont Blanc) y poder correr el año que viene la CCC. Parece que estoy hablando en clave pero para cualquiera que esté un poco dentro de este mundillo de las carreras por montaña sabrá que la vuelta al Mont Blanc es la meca de este deporte y que la CCC es la hermana pequeña de la gran carrera, además de una bonita forma de acercarse al monstruo intentando no ser comido. Espero que se me entienda.

Pues eso era. Estoy muy contento de poder moverme y hacer cosas otra vez aunque probablemente me queden un par de meses para que el brazo recupere su fuerza y movilidad. Seguiré informando.

Nos vemos por el monte,
Carlos.

viernes, 28 de octubre de 2011

La cosa evoluciona (poco a poco)

Bueno, después de seis semanas con la aguja de titanio en el brazo este lunes la sacará el Dr. Clabo (buen apellido para un traumatólogo) del interior de mi radio si no pasa nada raro.

Tras una semana, la quinta, después del accidente con la salida de la aguja infectada, sin poder dormir y tomando antibióticos, llevo diez días de calma en los que sólo hago rehabilitación y poco más porque achaco la infección al sudor y el movimiento que estuve haciendo en el rodillo; y como que no me duela me gusta más que hacer rodillo pues paré.

La seguridad social ha tardado dos semanas en aprobar la operación; sólo he tenido que llamar cuatro veces al hospital de Molina porque se suponía que me operaban el lunes pasado; 'la administración va despacio' me dijeron. Espero no tener que pasar otra vez por esto, pensé yo.

Anestesia local, tirón de aguja con unos alicates y vuelta a casa, eso me espera el lunes, aparte de pasar mucha hambre. Esperemos que sea el principio del fin de esta lesión. De rehabilitarme ya se encarga Pablo, mi fisio, y yo en casita. A ver si pronto empiezo a correr a cinco el kilómetro, que ya tengo mono.

Por si alguno no sabe o ha visto lo de la aguja en el radio, os dejo una fotillo:


Saludos a todos y nos vemos por el monte,
Carlos.

martes, 27 de septiembre de 2011

Accidente: 2ª parte

Nos quedamos en que llegaba la ambulancia.

Con el traje de ciclista y ya solos el conductor de la ambulancia y yo, nos vamos para la Arrixaca con las luces y la música puestas para llegar rápido pero con mucho cuidado hasta el hospital. Entro por urgencias pero como lo mío no es realmente urgente -no es fractura abierta, no me estoy muriendo- me ponen en la sala pequeña de urgencias primero en una camilla y luego, como les hace falta, en una silla de ruedas. Me dan el papel que tengo que rellenar con los datos del seguro del contrario para que no me cobren a mi toda esta historia. Y ahora a esperar.

Y a esperar, y a esperar.

Una hora después, sin que me hayan llamado ni me hayan dicho nada, llega mi mujer con su amiga Neus y mis dos hijas. Le digo que llevo una hora esperando y que si puede hacer los trámites para poder irnos al San Carlos, ya que tengo Sanitas. Cuando está a punto de concluir la gestión me llaman para hacerme la radiografía, a la que me agarro como a un clavo ardiendo y me meto a hacerla. Pido disculpas a mi mujer y entro.

Primera radiografía: en dolorosa postura me sacan la primera fotografía de mi maltrecho miembro y se confirma lo peor: fractura de radio en su tercio proximal con desplazamiento. Un traumatólogo primero y otro después me confirman que hay que operar, me ingresan en 'la cristalera' y me despido de mi mujer para pasar la noche con un par de Nolotiles sin poder moverme en la cama. Por lo menos puedo mear solo. Me pone los calzoncillos y el pijama un enfermero y me escayolan desde la axila hasta la muñeca. Me hacen unas cuantas radiografías más del brazo para confirmarlo todo y para brillar por la noche como Homer Simpson. Me ponen la vía -muy desagradable- y me sacan sangre para el preoperatorio. Dos breves incisos: la vía era pequeña para operar por lo que en Molina me pondrá otra más gorda -muy, muy desagradable. Me tienen que sacar sangre otra vez porque en el laboratorio pierden un bote -guay del Paraguay. Le comento a la enfermera (todas, por suerte, extremadamente agradables) que como el día anterior competí algún valor podría salir disparado -la CPK y esas cosas. Pues no, todo sale normal, lo que significa que no me esforcé. ¡Qué buen entrenamiento me salió!

Voy a descansar el brazo que no puedo más.

Nos vemos por el monte,
Carlos.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Accidente en bici y rotura de radio

Me parece que con el título queda todo dicho pero os contaré una pequeña historia:

Iba nuestro amigo Carlos alegremente recorriendo la campiña murciana con su burra buscando soltar piernas tras batiese en duelo con los más afamados paladines de la región y su entorno la jornada anterior cuando, oh! Misterios de la ciencia, en Librilla, a la altura del cruce con el camino a Barqueros se encontró con tres ingenios mecánicos de cuatro ruedas rugiendo para tomar ese camino. Pensó, pobre infeliz, que por tener la preferencia podría librar el enfrentamiento con los bisontes metálicos.

Mas en el último instante, en una rápida arrancada, el primero de ellos se pone en rápido movimiento cuando nuestro jinete ya nada puede hacer por esquivarlo. El choque fue fuerte: el engendro mecánico embiste a la leve montura metálica con fuerza y como resultado el jinete cae postrado en el duro asfalto tras golpear todo su cuerpo con el frontal del ingenio. 

Bueno, en nuestro idioma: me topa con el morro por el lateral un VW Polo conducido por un señor de 85 años que no me ve llegar y que sigue acelerando tras el impacto para parar a unos 50 metros del lugar del accidente. Golpeo el coche con todo el lateral izquierdo de mi cuerpo y reviento la Luna delantera con el brazo y el casco, para caer al otro lado casi sin velocidad ni arrastre. Resultado: fractura del radio izquierdo desalineada, contusiones varias a lo largo de todo el cuerpo y destrozo de bici, ropa, casco, gafas, en fin, de casi todo lo que llevaba encima. 

Los dos coches que van detrás paran a auxiliarme mientras el conductor del Polo y su mujer, que también iba en el coche, sufren una pequeña crisis nerviosa. Llaman al 112, a la Policia local, mientras yo llamo a Carmela para decirle que he sufrido un accidente que parece gordo y que la seguiré informando. Nunca podré agradecer lo suficiente lo que hicieron por mí lo ocupantes de estos dos coches que se ocuparon de avisar a todo el mundo y de quedarse conmigo hasta que se fue la ambulancia. GRACIAS. 

Llegó la policía local de Librilla y se portaron de muerte. Luego un médico y un enfermero del centro de salud de Librilla que me hicieron una primera evaluación -no había daños neurológicos aparentes, 'sólo' posible luxación o fractura de radio. Poco después llega una ambulancia que me llevará a la Arrixaca. La policía me hace el gran favor de llevarse a mi burra herida de muerte para que yo la recoja cuando pueda. Sólo puedo estar agradecido con toda esta gente. Si puedo, contaré como sigue la historia. 

Ahora son cerca de las cinco y en seis horas en la cama el dolor sólo me ha dejado dormir dos medias horas. No puedo pensar en nada salvo en que se vaya este dolor que me atenaza. 

Saludos y nos vemos en mi casa porque por el monte me parece que estaré tiempo sin pasar, 
Carlos.

domingo, 11 de septiembre de 2011

IV CxM El Valle

Por fin un entrenamiento decente...

Después de meses sin pasar de una hora de carrera por el monte, aunque sí con la bici, hoy en la carrera de El Valle salía con el objetivo de intentar NO bajar de dos horas porque me lo quería tomar como un entrenamiento largo. Tampoco quería salir con nadie determinado, que luego se agobian o me agobian, nunca se sabe, pero he decidido empezar con mi amigo Joaquín Párraga; ha sido él el que no ha querido empezar conmigo y ha pegado un hachazo nada más comenzar que ha pagado, calculo, que en unos 700 metros. Sus palabras han sido 'Creo que he salido demasiado rápido, Carlos'. Este tío es un toro y le abren la puerta de toriles y no se controla.

Subiendo, subiendo, he empezado a verme delante pero no mucho, entre el veinte y el treinta. He probado ritmos con Paco Granero, pero en la primera rampa fuerte se ha puesto a andar (algo le debe pasar porque es un crack). Y poco después me ha pasado José Frutos, que he decidido que hoy fuera mi rueda. Todo el entrenamiento, dogo la carrera, juntos. La verdad es que así se hacen más amenas las carreras y te da tiempo a disfrutar el paisaje (hemos compartido unos comentarios al final de las murallas de king kong) y a beber en los avituallamientos.

Yo he palmado doce minutos respecto al año pasado, pero estoy contento con mis dos horas dos minutos porque es la carrera más larga que he hecho desde hace muuuuuucho tiempo y sin casi molestias. Ahora a pasar por la fisio otra vez (Carmen, de la Clínica Thorax, me ha dejado de muerte esta semana; gracias a ella estoy tan bien y empezando a recuperar) y seguir recuperando de cara a las siguientes competiciones.

Como todos los años por estas fechas voy a quejarme por la coincidencia de carreras. Somos pocos y mal avenidos. El día 8 de octubre me voy a partir para ganar un jamón en la Al-Mudayna a la vez que hago un raid con mi equipo en Lorca; ¿imposible? Pues el fin de semana siguiente, 15 y 16 de octubre corro el raid de Mula mientras disputo la prueba que más puntos da para la liga de CxM, es decir, Ricote; fácil ¿no? Para remate del petate, otros tres fines de semana seguidos con competiciones durisimas: la CxM de La Unión 30/10, raid de Valle de Ricote con 100km el 5 y 6 de noviembre y la CxM del Yeti, maratón, con 2625m de desnivel positivo. Yo puedo con todo. Soy un monstruo. 

Y por último, animar a mi hermano, que quiere dejarnos al Santa y a mí en la estacada para el raid de Lorca; dar la enhorabuena a Manolo, amigo de Moratalla, por haber conseguido terminar más que decentemente la carrera igual que a la mujer de Joaquín Soriano, Belén, que ha terminado en menos de tres horas su primera carrera por montaña.

Nos vemos por el monte,
Carlos.

jueves, 23 de junio de 2011

II Carrera Popular Umbría de Espuña

Me dice el Santica que tengo poco actualizado esto. Y es que sólo pongo cosas cuando pasan cosas. Y han pasado unas cuantas.

Como reza el título de la entrada, esto va de la carrera de la Umbría de Espuña, una bonita carrera para iniciarse en las carreras por montaña: dieciséis kilómetros de asfalto (unos cuatro) y pista de tierra con poco más de trescientos metros de desnivel positivo en una zona muy bonita de la sierra Espuña. Para los que ya estamos curtidos en esto nos resultó una carrera muy rápida -se ganó con poco más de una hora- pero para los que empiezan en esto de las cuestas les pareció bastante dura.


Pero todo empezó hace dos semanas. Quiero decir que hace dos semanas empezaron a pasar cosas que contar. Estando yo de guardia, con mis pesitas matutinas terminadas, estiraba para completar el entrenamiento. Me incorporé al terminar el último y sufrí una pequeña bajada de tensión que seguida de una pérdida de la verticalidad me llevaron a rematar de cabeza el suelo del gimnasio y a abrirme una brecha de unos cuatro centímetros sobre la ceja derecha.

Mi compañero Luis Hueva se llevó un pequeño susto y el resultado fue el que se ve en la foto. Esta es ya a los dos días del accidente, con la nariz un poquito hinchada, el ojito derecho un poco colorado por el derrame y una pinta de quinqui que cuando me vieran por la calle pensarían en salir corriendo.

Me trataron una pedaso de enfermera y doctora (digo lo de pedaso por el gran trabajo que hicieron, mal pensados) que me bajaron la inflamación y me pusieron unos puntitos internos para no dejar mucha señal y seguir luciendo mi ya no-tan-joven rostro casi inmaculado. Como daño colateral tengo que llevar gorra y crema solar del 50+ hasta diciembre si no quiero que se me quede una costura que ni John Galiano.

Claro, esta gente no sabe que yo soy deportista de élite (me parto el ojete) y me dicen que no sude hasta que me quiten los puntos, o sea, en ocho días y que por supuesto no haga deporte. ¡Qué putada! Me hago a la idea, me pierdo el Campeonato de España de CxM de Ribagorza, puteo al seleccionador y a mi entrenador y yo me subo por las paredes, nada que decir de cómo pongo a mi santa estando como un león encerrado.

Pues vamos a la semana de la carrera. Salgo el lunes a trotar 45 minutos y me pongo a 188 pulsaciones de máxima y a 178 de media. ¡Estoy muerto! Como si no hubiera entrenado en mi vida... menos mal que Ángel me ha regalado el Garmin Forerunner 610 (pedazo de regalo) y me puedo entretener con las funciones, los pitidos, los tembleques y todos los extras que trae este gran peluco. Cuando termino me dice que este entrenamiento que hace dos semanas sería a trote ligero supone para mi cuerpo el esfuerzo de una competición. Como diría Federico Trillo, manda cojones...

Toda la semana siguió igual, con algo de mejoría, todo hay que decirlo: cada día una competición según mi GPS. Así que nos plantamos Jesús Santa y yo en Casas Nuevas, Mula, con más miedo que vergüenza para hacer los 16km de marras de la carrera de la Umbría de Espuña. Había dos tácticas que podía seguir: salir como si no pasara nada, en plan campeón, a morir matando o reservar en un grupo más o menos en cabeza e intentar algo al final. Por supuesto elegí la táctica kamikaze.

Salí a fuerte, no a tope, y me puse segundo/tercero desde el principio. Nos fuimos tres para adelante y Jesús Molina, que me volvía a encontrar después de mucho tiempo en una carrera por montaña, nos guardaba las espaldas. ¡Con la de carreras que nos hemos jugado Jesús y yo y ahora tenemos que vivir de las rentas! En el km. 3 cojo la cabeza y tiro fuerte hasta el primer avituallamiento donde se me va un compañero de Mula, pero poco, y decido dejar que tire y aguantar detrás. Otro corredor de Albacete me sigue de cerca y detrás no se ve a nadie más. Subida larga pero toda por pista y muy corredora, un par de kilómetros de falsos llanos y subidas y sobre el km. 11 a bajar a saco. Bajo fatal, entre molestias del recto anterior del abdomen y falta de gasolina, y se me hace muy larga esta parte. El último kilómetro es cuesta arriba. El de Albacete se me escapó desde el principio de la bajada y Jesús me ve y empieza a gritarme que o aprieto o me pilla. Venga, vale, aprieto, que va en mis apellidos.

Al final tercero de la general y primero de mi categoría. Me siento como el Cid: me han atado muerto al caballo, me han sacado a asustar a los moros y he ganado la batalla después de muerto. Menos mal que se me ha olvidado la cinta del pulsómetro porque hoy la hubiese reventado.

Las fotos del podio las hizo Jesús Santa, que se portó como un campeón, lo que es, y terminó entre los veinte primeros. Gran rodaje para estar volviendo a empezar la temporada para preparar bien las carreras de final del verano y los raids, que algo tenemos que hacer este año ¿no?

Para terminar decir que la carrera es muy bonita, como decía al principio y que la organización, aunque muy austera, es más que eficiente y muy agradable. Carrera recomendable. Además, con tanto calor, este sitio está muy fresquito.



Nos vemos por el monte,
Carlos.

lunes, 30 de mayo de 2011

III Travesía Nocturna de Mula

Las noticias buenas también hay que darlas, no va a ser todo ir cuesta abajo y sin frenos: el equipo 'clásico' de raids Aventúra-T - La Tierra, formado por Charlie Arribas, Juan Pedro Gálvez y un servidor, fue el vencedor de la carrera dentro de la travesía nocturna de Mula del 21 de mayo.


Si, si, ¡GANAMOS! Parece que no le doy importancia, pero ya nos hacía falta a los tres algo así. Aunque, desde luego, suerte tuvimos y, como siempre, estuvimos a punto de liarla.

Para el que no conozca esto de las travesías nocturnas por montaña se trata de una pateada (normalmente andando entre 3 y 7 km/h para no penalizar) de regularidad (hay que intentar ir siempre al mismo ritmo independientemente del terreno -subidas, bajadas) por equipos (entre tres y cinco personas). Pero el año pasado Charlie le propuso a la organización incluir, además de una travesía corta de 10km y otra larga de 20km, una carrera sin límites de ritmo con el mapa de la larga. Dicho y hecho, pero el año pasado, por distintas circunstancias, no pudimos participar. Este año no lo íbamos a dejar pasar de nuevo.

Todo el recorrido está marcado en un mapa y existen balizas marcadas obligatorias y otras que la organización no marcaba en el mapa pero que, si seguías el camino por su sitio, encontrabas fácilmente. Eso en teoría. Además las salidas también se dan como en orientación, cada uno a su hora, y los de carrera salíamos con seis minutos entre unos y otros.

A las 21.50 nos daban la salida en la plaza de la Puebla de Mula y vimos que la subida más gorda estaba casi nada más comenzar al castillo de esta localidad. Primeras balizas y primeros sudores: Juan Pedro dejaba notar su falta de forma, pero como siempre dejaba lo mejor para el final. Grandes escenarios nocturnos, como la rambla Perea a su paso por los Baños de Mula donde encontramos el primer control obligatorio y avituallamiento. Seguimos para adelante y pasamos algunos puntos donde el agua se había llevado el camino y donde Juan Pedro se quedaba sin luz y teníamos que cambiar las pilas. Por eso y por hacer una parada técnica para cambiarle el agua al canario (alguno dirá al águila) nos despistamos un poco y nos saltamos la baliza que había justo antes del primer tramo de vía verde. Malo, Manuel.

Luego subimos un PR empedrado muy chulo, con Juan Pedro intentando asustar con su ritmo endiablado que no nos asustó mucho pero que sirvió para ponernos segundos de la prueba en general tan solo con el equipo local, Espuña Aventura, por delante. Subimos con la música de una feria (¿la de Abanilla?) hasta un llano donde teníamos que encontrar una línea de alta tensión; nos despistamos un poco al encontrar una de baja y confundirlas pero no tardamos en remediar el error y seguir el camino hacia la segunda obligatoria. Luego a seguir por debajo de la línea, control obligatorio y otra baliza sorpresa. Salimos otra vez a la vía verde hasta coger otra vez la rambla Perea donde nos esperaban dos balizas sorpresa y barro a go-go. Nos pusimos hasta los ojos y justo antes de salir de la rambla Perea adelantamos a Zapata que se descolgaba de los otros miembros de su equipo. Nos poníamos primeros y eso que salieron casi media hora antes que nosotros y tampoco estábamos dando el 100% en el físico. Buena señal. Baliza obligatoria, control, baliza obligatoria y meta.


Casi tres horas en una carrera que hacíendola bien hubiésemos terminado en bastante menos. 26'5kms que se me hicieron bastante cortos. Qué bien te encuentras cuando te encuentras bien.

Luego a reponer fuerzas con bocatas, zumo y el clásico chocolate con monas en las pruebas que organiza el club montañero de Mula. Comentamos la carrera con los que van llegando y pensamos que lo hemos ticado todo -creíamos que había ocho balizas en total. Nos vemos ganadores: tenemos el mejor tiempo con diferencia y, creemos, todas las balizas. Nada más lejos de la realidad. En esta carreras el que gana es el que tica más balizas y entre los que empatan en número de balizas el que tiene mejor tiempo.

Estamos a punto de liarla. Eran nueve balizas. Por suerte para nosotros, al que no le falta una opcional es porque le falta una obligatoria. Total: ganamos faltándonos una baliza.

Resultados: http://www.clubmontaneromula.com/

En la página del club montañero de Mula podéis consultar los mapas, las clasificaciones y ver una fotillos muy guapas.


Nos dieron nuestro premio pasadas las cuatro de la mañana, con lo que estuvimos esperando más de tres horas. Menos mal que la cagamos todos porque si esperamos tanto para nada nos la cortamos. Una tienda de campaña muy chula para cada uno. Con premios así da gusto subir al podio.

En fin, esperemos que sea la primera de una larga serie de victorias, que de perder ya estamos servidos...

Nos vemos por el monte,
Carlos.

viernes, 6 de mayo de 2011

V CxM de Sierra Elvira: la hecatombe.

El título es un poco victimista ¿no? Bueno, lo cambiamos: carrera por montaña de sierra Elvira: qué mal estoy ¡copón!


Foto de la organización: salida, ¡qué guapo con mi ropita de compresión!

Salimos mi hermano y yo (lo pongo delante pero el burro soy yo) de Andújar, que está en plena romería, a las siete de la mañana hacia Atarfe, a los pies de la granadina sierra Elvira donde vamos a correr. Cuando era estudiante universitario pasaba por las faldas de esta montaña al ir o volver con la bici de carretera de Pinos Puente y me parecía una sierra pequeña, no creía que se pudiera hacer una pedazo de carrera tan dura como esta (y mucho menos tan larga). Para el que no lo sepa son 28'5kms con 1900m de desnivel positivo; casi nada.

Cogemos nuestros dorsales, hacemos nuestra cositas de animales y nos vestimos para la batalla. Se esperaba lluvia pero hace un día espléndido y parece que hará calor. Y, en efecto, hasta llegar al kilómetro 12 el calor aprieta y me acuerdo de mi gorra blanca Salomon tendida en la terraza de la casa de mis padres tan bonica. A partir de ahí, sobre la primera hora de carrera, se nubla y empieza a bajar la temperatura o, al menos, a no sentirse tanto el sol. Creo que yo ya llegué a esta parte un poco deshidratado aunque me hidraté todo lo que pude. Seguía, más o menos, el ritmo de la primera chica, Kortazar, que sube bien pero que no baja tanto (y eso que yo creía de mí mismo que subía mejor que bajaba...). Hasta el km 16 la carrera no es muy dura, aunque tiene sus momentos. Pero a partir de aquí es donde se parte el bacalao.

En este punto llevo 1h25' y nos quedan unos doce kilómetros. Toca apretar. La primera subida la hago muy rápida, en menos de 8 minutos corona la parte de pateo, pero bajando la Kortazar me lo pone difícil para adelantarla en una bajada técnica y larga. Subimos un poco, avituallamiento y segunda subida, la larga. Veinte minutos con la patata a tope de pulsaciones y con una segunda parte con muchos pasos a cuatro patas por su gran desnivel. Empiezo a perder a la chica; malo. Pero no subo mal. Empezamos la bajada, otra vez muy técnica y con muchos cambios de dirección y de inclinación. Me empiezo a encontrar mal y en muy, muy poco tiempo me pasa algo que NUNCA me había ocurrido: se me bloquea la pierna izquierda (el psoas sufre una sobrecarga de campeonato) y no puedo adelantar la pierna, por lo que no puedo correr. Resultado: en llano cojeo, en bajada cojeo, en subida... de pena.



A todo esto estamos en el kilómetro 23. Me queda la subida del cortafuegos, doscientos metros de desnivel positivo muy verticales y una bajada no menos pendiente y peligrosa, luego un avituallamiento y una senda muy rápida hasta meta. No tengo ni que decir que todo esto lo hago prácticamente andando. Me caen veinte minutos con respecto a los que iba en estos cinco kilómetros. Lo que yo decía: la hecatombe, lo de matar cien reses para sacrificarlas a los dioses.

Desde aquí darle gracias a todos los que me animaron, Paco Granero y todos los del SENDA. Vuestros ánimos me ayudaron a terminar.

Mi hermano... qué decir. Terminó en 4h24' despidiéndose de las carreras por montaña durante un tiempo. Hasta los huevos. No hay más que decir, una carrera muy dura.

Foto de la organización:
Esther en primer plano y mi hermano en segundo término.



























A ver si la nocturna de Mula se nos da bien y os cuento algo bueno.

Nos vemos por el monte,
Carlos.

sábado, 16 de abril de 2011

Introduciendo a la juventud en el deporte

Como hay poco que contar de mis prodigios por competiciones en estos dos últimos meses, voy a escribir un poco sobre mi proyecto de futuro: mi equipo de raids con mis dos hijas. Vale, vale, yo tendré más de cincuenta cuando la pequeña cumpla los dieciocho pero teniendo como meta estar como mi suegro a esa edad -cosa que es casi ciencia ficción: una hora diecisiete con cincuenta y tantos años (no conseguí ganarle en una media hasta que no cumplió los 56 y yo tenía veintiocho...)- puede que les aguante el ritmo.

Con Adah hicimos la primera carrera de orientación cuando cumplió tres meses (los mapas cuesta interpretarlos, cuanto antes se empieza mejor) pero con Flor ya hemos hecho la primera con sus dos mesecitos recién cumplidos. Ahora, en los equipos en que corro raids suelo ser el orientador, con permiso de Charlie y de Fran, pero con vista cansada voy a dejar el peso de llevar el mapa a una de las crías: que se peleen ellas por el amor de su padre...

Total, a lo que iba: el tres de abril nos presentamos en Avilés, no con pocos problemas, para hacer la orientación de ese día en categoría Open Naranja que, si bien es fácil para un adulto iniciado y corriendo solo, se convierte en una carrera de máxima dificultad al hacerla seis personas, tres de ellas menores de seis años, con un mapa y tres brújulas. Los seis mencionados éramos mi mujer (Carmela), mi cuñado con su hija (Rubén y Gilda), mis dos crías y yo. Carmela no se atrevía, después de un parón de casi un año sin tocar mapa, a hacer la orientación ella sola, por lo que cojo el mapa yo y les endoso sendas brújulas a las niña mayores (la pequeña, con dos meses, bastante tuvo con dormir dos horas en la mochila que llevaba su madre). Les explico un poco lo del Norte y la flecha roja, lo que es un mapa y para qué no sirve (Dora es muy instructiva) y salimos con cinco minutos de retraso a correr (es un decir) 3'5km con unos 100m de desnivel positivo por los montes de Lorca.

Para nuestra sorpresa, no éramos ni los más lentos ni los más desorientados (de eso me ocupaba yo). Cuando Adah se cansaba, la llevaba yo en la mochila y cuando una ramita se cruzaba en el camino de Gilda ahí estaba su padre para auparla en brazos y que no se arañara. Cuando ya llevábamos 8 puntos de los 14 del recorrido no quedamos terminando la orientación Adah en su mochila y yo con esta en las costillas y el resto se fue a descansar al coche. Más que nada había que terminar la carrera para que no llamaran al helicóptero de la Guardia Civil a por nosotros por no haber terminado la orientación. Pasamos un buen rato padre-hija por el monte, yo diciendo por donde estaban los puntos, haciéndome el despistado cuando aparecía la baliza que siempre encontraba ella y dejando que marcara el punto en la pinza electrónica, cosa que hace mucha ilusión siempre, hasta a los que llevamos haciendo esto algo más de tiempo.

Al final terminamos la carrera en poco más de dos horas y fuimos los terceros por la cola. Gratificante experiencia que en breve repetiremos.

Por mi parte, no pude hacer la media de Elche por lesión (llevo muy cargados los soleos de tanto correr por monte) y la carrera de orientación de distancia ultralarga de Calasparra fui a correrla por echa el domingo por el monte, intentando correr por pista de punto a punto, tranquilo, sin competir, pero iba tan cargado que lo pasé fatal, subía mejor que bajaba, con mucho miedo de hacerme daño en los tobillos y, al final, con una sobrecarga en el cuádriceps derecho que no me dejaba correr. Un desastre, pero hay más cosas que competir y ahí estamos, haciéndolas.

Nos vemos por el monte,
Carlos.

viernes, 4 de marzo de 2011

CxM II Subida al Portazgo

Los que somos carne de perro es lo que tenemos: como no somos buenos y estamos ahí relativamente arriba en las carreras a fuerza de estar todos los días dando cabezazos al cristal, cuando nos sale una carrera mala casi que pasa desapercibido porque el resultado es prácticamente el mismo que cuando lo hacemos bien. Ya me lo decía hace unos años Manolo Pérez Bedmar en el raid de Buendía.

En fin, que el quinto puesto de esta fin de semana en la carrera de la subida al Portazgo de Cieza parece que no ha estado mal de cara al exterior pero para mí fue una carrera de no encontrarme bien, no rendir, sufrir y disfrutar poco. Es lo que hay, 2h18'. Pero si me hubiese encontrado muy bien y hubiese tenido mi día no creo que hubiera bajado de 2h12'. Del cielo al infierno en seis minutos. Lo dicho, no soy muy bueno nunca pero sí muy regular en cualquier circunstancia. Carne de perro.

La organización preparó una carrera con un marcaje perfecto, unos avituallamientos bien surtidos aunque algo alejados unos de otros y una encerrona en la primera subida de aúpa. La segunda jugada que nos hicieron fue la de dejar que se apuntaran, después de estar cerradas las inscripciones, a los corredores de Cuenca y a algún 'mundialista'. Nos puso las pilas a más de uno antes de salir -recogiendo los dorsales- y en la carrera. Menos mal que no había jamón de premio porque si no hasta me mosqueo...

Salimos casi puntuales y Juan Luis y yo, como en los viejos tiempos, nos vamos a toda leche por delante del resto. No es por chulería: Juan Luis es porque es un crack pero yo es porque es año pasado me asusté muchísimo al cruzar el puente de madera, pensaba que con tanta gente corriendo encima se caía abajo y le dije a mi compañero de fatigas que apretara y que pasáramos solos. Y así lo hicimos. En cuanto empezó la subida por el zig-zag al castillo formamos un grupete y poco después se fue Santiago, que ganaría la prueba, y Paco, del equipo de triathlón de Molina, por delante. A Paco se le atragantó la subida a la Atalaya pero a Santiago se ve que le gustó el plato y no lo volvimos a ver.

Aquí, no me engañéis, los del Senda hicieron labor de equipo: Javi Salar tiró para delante con Juan Luis y Juanjo se sacrificó y hizo tapón para arriba, abriendo un hueco que sólo salvaría la ESPECTACULAR bajada de Sebastián y que los demás ya fuimos incapaces de anular en toda la carrera. Bajada muy técnica la de la Atalaya, que al final se unía con el GR-7, por donde discurría la carrera del año pasado. Y ya sabemos lo que nos espera, una larguísima subida de casi diez kilómetro con zonas con mucho desnivel y otra más trotonas.

Me destaco en la bajada y tras mí se forma un grupo con unas cinco unidades (dos de Cuenca, Juanjo, Juan Luis), bueno cuatro, y pienso en si dejarme atrapar e ir todos juntitos o hacer mi carrera y seguir a mi bola. Como la carne de perro tira, sigo yo solo aunque demasiado fastidiado de piernas para las alturas de carrera a las que estamos. Llego a coronar cuarto, pero por detrás uno de los de Cuenca, que al final sería sexto, ha atacado y me pilla arriba. Para mi sorpresa se queda en la primera bajada técnica (yo no soy nada técnico, mi 48 de pie no me deja serlo) pero al llegar a la pista oigo pasos, me giro y ¡es el otro de Cuenca! ¡Qué frustración! Lo que es otros tiempos era mi terreno -pista en bajada rápida y poco técnica- hoy se convierte en mi tumba y el corredor castellano me saca los ojos. Ya por Medina Siyasa se me ha escapada y pienso en hacer los pocos kilómetros que restan tranquilo. Pero no es posible, viene su compañero por detrás para hacer que me exprima hasta la última gota en un final de carrera agónico para ambos.

Al final quinto, tercero de senior B. En las fotos sale Pedro Serna con el trofeo porque estoy de guardia y me voy pronto para trabajar el resto del día hasta las ocho de la mañana del día siguiente ¡y yo con estas piernas! Se hará lo que se pueda...

Para mí, la organización se merece un DIEZ por todo. La federación se ve que está muy volcada en que las carreras de la liga salgan bien: se nota en la entrega de dorsales, en los nuevos jueces, en que todo el comité técnico está en la carrera. Me parece fabuloso. Que dure.

Y para mi nuevo equipo, qué decir. En Aventúra-t casi siempre era el único en carreras por montaña y ahora somos muchísimos, no tantos como los Sendas, pero sí muchos y con calidad. Vamos a dar la guerra este año por el campeonato por equipos y veremos si no lo conseguimos.

La próxima en mi pueblo, Andújar, la CxM subida a la virgen de la Cabeza. Una carrera que hay que hacer al menos una vez en la vida. Os la recomiendo.

Nos vemos en el monte,
Carlos.

P.D.: enhorabuena a Joaquín Párraga por ese pedazo de carrera y que no se enteren los del Senda de que te he entrenado yo.

martes, 15 de febrero de 2011

Media de Orihuela: rápido pero no tanto...

En el asfalto las carreras te ponen en tu sitio. Puedes pensar que estás por aquí, por allá (como diría Mickey), pero hasta que no corres no lo sabes.


Eso me ha pasado; por muchas circunstancias y motivos no he podido correr más rápido esta media maratón de Orihuela: me estoy centrando en el monte, nada de llano (por tanto nada de ritmo), semana de carga, el día anterior en vez de descansar hago una hora de carrera a menos de cuatro, mi niña tiene gases y no duermo más de cinco horas por noche durante la última semana, en fin, que no llego en las mejores condiciones para hacer marca.



A la carrera nos presentamos mi hermano y yo poco antes de las diez de la mañana. Cogemos los dorsales, nos ponemos los chips y calentamos un poco. Busco a la gente de mi grupo, Miguel Sanz, Pedro Serna, y nos colocamos en la línea de salida prácticamente en primera plana al ser cabezas de serie (mi dorsal es el 9, el de Miguel el 8 y el de Pedro el cuarenta y tanto) por ser del club organizador. Total, para nada: Miguel hace el primer kilómetro a 3'12'' según me dijo, cosa que yo no puedo hacer; y Pedro me pilla en el tres (con tocamiento de culito incluido) y vamos juntos bastante tiempo.


La verdad es que voy cómodo al principio entre 3'35'' y 40'' pero sé que los kilómetros de esta semana y la falta de ritmo me van a pasar factura. Vamos cogiendo gente, asimilando los ritmos que nos gustan y descartando los que no y en el once Pedro empieza a tirar y yo sigo a ritmo. Ahí viene la peor parte de la media: el adoquín de la parte antigua de la ciudad con un poquito de rampas que se hacen pesadas y te obligan o bien a bajar el ritmo o a sufrir un poquito más. Yo opto por bajar el ritmo. Pedro no consigue sacarme más de diez segundos y lo llevo como referencia. La tercera vuelta es la de sufrir.


Consigo rehacerme un poco, mejoro el ritmo y empiezo a adelantar a bastante gente, pero la tercera y última vuelta empezamos a adelantar a doblados y es cada vez más difícil seguir las trazadas buenas. Nadie se aparta; se ve que para algunos e un mundo hacer dos horas diez segundos en vez de dos horas nueve segundos. Tampoco yo iba el primero, pero sí bastante más rápido que estos...


Al final, 1h17'38'' que es mi mejor marca 'oficial', a siete segundos de Pedro, a veintiuno de Miguel, mis referentes. Termino con sensaciones agridulces, sabiendo que en otras circunstancias lo podría hacer mejor pero sabiendo que tal y como se ha levantado hoy el día esto es lo mejor que puedo hacer.

Por detrás mi hermano Adolfo ha sufrido al final como un perro y ha bajado tres minutos su mejor marca, con 1h30'29'' real (1h30'50'' oficial) y sabiendo que está a un paso pequeño de bajar de la barrera de la hora y media, cosa que hasta hace poco le parecía una locura. ¡Enhorabuena! Con constancia se consiguen cosas que pensábamos imposibles.






Y ahora a ver si es verdad que nos dedicamos al monte y nos dejamos de tanto llano, que ya está bien.



Nos vemos en el monte,
Carlos.

lunes, 24 de enero de 2011

Media de Santa Pola: todo un historión


En cuanto salgan las clasificaciones empezaréis a pensar cosas raras: que si Carlos está muy flojo, qué le pasará a Carlos. Bueno, vamos a poner las cosas claras: mi tiempo oficial en Santa Pola es de 1h21'56''. Mala marca. Pero mis conclusiones son que estoy en una forma espectacular.

Vamos a ello: saliente de guardia, sin haber dormido bien, me dirijo para Santa Pola a las 8.30 y cuando estoy llegando me encuentro una retención de siete kilómetros; ya pensaba que no corría. Por suerte la cosa se mueve y sobre las 9.40 consigo aparcar el coche en un centro comercial a la entrada del pueblo, me cambio (ya corto con el frío que hacía...), cojo dinero para desayunar y tiro a por el dorsal. Desayuno (me digo, si tengo que correr sin dorsal vale pero sin desayunar ni de coña), paso por el baño y voy corriendo-calentando a por el dorsal (espero que sea donde el año pasado). Me encuentro en el interior del castillo con la carpa cerrada; son las 10.10 y los dorsales se dejaban de entregar en teoría a las 9.00. La organización me hace el favor de darme el dorsal (gracias; además había pagado el chip y el neopreno del tobillo y no era cuestión de despreciar tan grande inversión), salgo y me lo pongo; también el chip.

Parece que ya corro. Empiezo a buscar a alguien conocido para endosarle la camiseta de manga larga de calentar, el dinero que me sobra del desayuno, la bolsa del corredor, y no encuentro a nadie. Además, a falta de diez minutos para la salida y en esta carrera con 8.200 personas la mayoría de la gente está colocada en su sitio, o sea, en el mogollón para salir y no veo hueco para colarme por delante (realmente este, para mí, es el único fallo grande de esta carrera: con tanta gente deberían poner cajones por tiempo para organizar a la gente en la salida). A falta de un minuto para salir le pregunto a una mujer del público que iba con dos niños si sería tan amable de guardarme las cosas y si seguirá allí al final de la carrera. Me dice que no hay problema -y guarda mis cosas, todas juntas en una bolsa, dentro de la mochila de su marido- y me pregunta si voy a tardar mucho en llegar. '¡Más de lo que me gustaría, pero no mucho!' Evidentemente no mucho comparado con el corredor popular pero sí con el pedazo de campeón del mundo de media maratón que ganó la prueba.

El resto os lo poséis imaginar: salgo en la mitad del paquete, tardo dos minutos en pasar por el arco de salida, en el km.1 ya perdía dos minutos y medio con respecto al tiempo que quería hacer y no me encontré libre para correr a mi ritmo hasta el km.10. En fin, me queda el consuelo de que los parciales mostrarán que en los tramos en que pude correr el tiempo que marcaba era para bajar de 1h18' aunque creo que ayer estaba para 1h15-16'' si todo hubiese salido bien porque la temperatura era la ideal para mí (mucho, mucho frío).

Por cierto, la mujer en cuestión seguía en el mismo sitio esperando a su marido y pude volver sin más percances a casa.

Espero ponerme uno de estos días con lo de las carreras por montaña: comentaré el calendario y pondré los enlaces a las carreras. Ahora empieza lo bueno.

Saludos a todos,
Carlos.

sábado, 22 de enero de 2011

Fin de temporada... principio de temporada

Después de tanto tiempo se hace raro escribir otra vez y más sabiendo que a partir de ahora voy a tener menos tiempo si cabe...

Si tuviera que hablar de las carreras que he y hemos corrido desde el último por podría teneos leyendo horas, pero no soy tan egoísta. Algún raid donde alguien reventó a alguien, una bonita carrera por Sierra Espuña donde gané la corta (no tiene mérito...), otro raid nacional en Extremadura donde pudimos y no lo conseguimos pero donde conocimos a María y a Ángel como equipo (ya los conocíamos de otros raids) y los queremos para siempre con nosotros, el raid de Villanueva en el que nos llevamos uno de los mayores chascos de la temporada Juan Pedro y yo. En fin, que son cosas largas de explicar y que debería haberlo hecho antes, pero como prefiero la acción a la reflexión pues es lo que hay.

La temporada que empieza se presenta con gran incertidumbre: primero este año nos centramos (yo y mi family) en las carreras por montaña porque con la nueva peque no va a haber tiempo para entrenar bien los raids; segundo, cambio de club para carreras por montaña: ya no soy aventura-tero, ahora soy chaque-tero. Los del club Tragamillas Running Team me pagan la ficha y la equipación, que tengo que decir que es la eterna promesa incumplida del Aventúra-t, de lo cual no me quejo pero es una realidad. Como están las cosas, viene bien. Como nos bajan el sueldo a los funcionarios, mola que el deporte me salga más barato. Y además parece que vamos a tener un equipo potente para intentar hacer algo a nivel regional y mejorar para hacer que la selección crezca. De momento me quedo como organizador del equipo de raids de Torre Guajar y esperamos (mi Santa y yo) que un servidor pueda hacer los raids de final de temporada, los cortos y cercanos, cuando pueda entrenar un poco con mi querida y ya añorada burra. Llevo dos semanas sin cogerla y ya la echo de menos...

Bueno, que me lío. Mañana a correr Santa Pola y cumplo el cupo de asfalto de la temporada, que cada vez me gusta menos y me motiva poco, poco.

Nos vemos en Cieza si todo va bien,
Carlos.