miércoles, 25 de junio de 2014

IV Carrera de Montaña Umbría de Sierra Espuña

...y he dicho bien, de montaña y no por montaña. Y ya sabéis la diferencia...

Es la tercera vez que me acerco por Casas Nueva, pedanía de Mula, en las faldas de la cara norte de Sierra Espuña, para correr esta carrera en un entorno precioso y con una temperatura espectacular para estar en Murcia a unos días de que empiece el verano...

Después de fallar los amigos y el tiempo en nuestra escapada a Pirineos para hacer por nuestra cuenta la Cavalls del Vent en menos de 24h para obtener tres puntos UTMB que a alguno le vendrían muy bien, se presenta el plan alternativo de ir a correr esta preciosa carrera que, con poco presupuesto pero con muchas ganas y ilusión, monta Cristobal y compañía del club Mula Sport siempre por estas fechas. Y allá que vamos según salimos de guardia con el tiempo justo...

Esta carrera en particular, con sus casi 16km de recorrido y poco más de trescientos metros de desnivel positivo, sin terreno realmente técnico, se presta mucho a iniciarse en las carreras por montaña y a que venga gente muy rápida de asfalto a pegarnos un apretón a los que hacemos monte. Y eso es lo que buscaba, que me apretaran las tuercas...
De salida siempre hay gente que anime las carreras (normalmente) y salen dos corredores, uno del Roller Master y otro del Runtriton, fuerte y ponen la carrera en fila desde el principio. No es que vayamos a ritmos voladores, pero para estar subiendo todo el rato, ir a 3'45'' me parece que es un ritmo más que decente. De hecho, esto supondría ir a bajar, probablemente, de 1h15' en una media llana.

En el kilómetro tres nos quedamos cuatro delante, y somos tres a los pocos metros porque el del Roller se queda y contamos con un corredor de Mula, a la postre el ganador. Como no se ponen de acuerdo, me pongo a tirar para que el ritmo sea vivo hasta que empecemos la parte de camino de tierra, donde se empina la cosa. Hemos venido a hacernos sangre, no a reservar.

Cuando empieza la subida me coloco a cola de los tres y empiezo, metro a metro, a perder terreno. Muy poco a poco, porque al final los veo entrar en meta a los dos a menos de doscientos metros. Pero sin hacer series hay ritmos que no puedo llevar... a partir del siete empiezan los descansillos en la carrera y a partir del diez empieza la bajada fuerte sólo interrumpida por un par de rampas suaves y la cuesta final de casi un kilómetro. Bajo saliendo los kilómetros a 3'30'', con sus cuestas arriba y todo, literalmente tirándome, pero no soy capaz de pillarlos. El objetivo es bajar el tiempo del año pasado...


Al final consigo hacer una hora y cuarenta y cuatro segundos. El primer año que corrí esta carrera dije que vendría a bajarla de una hora y todavía no lo he conseguido. Lo tengo pendiente. Ahora, el año que baje de la hora... gano casi seguro!!!


Al final tercero de la general. Al primero la dan trofeo a parte, un pedazo de trofeo de cerámica. Por eso en el podio aparezco segundo. Terminamos y sandía a manta. Encuentro a los amigos del club montañero de Mula con el grupo de Scout Balate (¡qué bien os lo montáis!) y me invitan a una cerveza (que me tomo) y a quedarme para el arroz que están empezando a hacer... pero no puedo.

Me comentó Cristobal que este año les ha costado mucho montar la carrera por el poco apoyo recibido del Ayuntamiento (por no decir directamente por las pegas que les pusieron). Desde aquí quiero darles mi apoyo porque lo hacen genial, porque hacen sencillo esto de montar una carrera en un sitio muy chulo al que da gusto ir por el trato y porque nos presenta una zona de Sierra Espuña tal vez menos conocida que otras pero igual de chula para correr, andar, hacer barrancos,...

También me comentó que van a cambiar la fecha a noviembre. Estad atentos, merece la pena.

Nos vemos por el monte,
Carlos.

miércoles, 11 de junio de 2014

Recapitulando otra vez - MiM 2014, CxM Castril, Pliego y Ulea

Como siempre, paso por aquí tarde. Alguno me dice que no cuento nada; a veces por pereza (ese gran pecado), a veces por falta de tiempo, a veces por falta de motivación.

Pero prometí hacer crónica de la primera carrera por montaña Quebrantamúsculos de Castril y voy a hacer algo parecido.

Como siempre, me voy a retrotraer un poco en el tiempo: en menos de dos meses he acumulado en mi mesa cuatro trofeos que tendré que colocar en una nueva estantería. Por orden de antigüedad, tercero de la general en la CxM de Ulea, una preciosa, no muy técnica y no muy dura carrera que discurre por unos parajes muy bonitos del valle de Ricote.

Allí me encontré con mi amigo Pedro Serna y disfruté de su compañía casi toda la carrera. El quedó segundo y yo tercero, pero no nos pudimos quedar a la entrega de premios por falta de tiempo. Por lo que sólo tengo fotos de nuestra ausencia en el podio.


Unas semanas después corría por segunda vez la MiM, la Maratón y Media de Castellón al Peña Golosa, en categoría minimalista. Este año el objetivo era hacer podio de nuevo y conseguir estar cerca de las seis horas treinta. Como muchos sabéis el podio lo conseguí, tercero de los minimalistas y 61º de la general, pero el tren de las seis horas treinta lo perdí en el km45 por mi mala cabeza a la hora de hidratarme. Empezaron los calambres y tuve suerte con poder terminar. Fue un verdadero infierno. Pero el ambiente y la satisfacción de llegar lo compensan todo. Es una carrera especial a la que cualquiera que compita en carreras por montaña estaría encantado de ir.

Terminé muy mal de piernas y pasé un par de semanas renqueando pero vi la carrera por montaña de Pliego, que es una zona de monte que me encanta, y me apunté. Carrera corta de 16km con 600m de desnivel positivo acumulado que intentaría hacer rápida para sacarme la carbonilla del motor. Se sale fuerte la carrera se corta rápido, en el kilómetro cuatro ya voy tercero con los dos primeros a la vista pero en lo que queda de carrera soy incapaz de pillarlos. Tercero finalmente de la general y primero de mi categoría.

Y una semana después, salimos el viernes Toño y yo para Granada a hacernos daño por la Montaña, con mayúsculas. Como dice él, aquí sólo tenemos monte, pero lo de Granada…

El viernes pasada la una de la tarde nos ponemos manos a la obra con la vereda de la Estrella, subida por los presidiarios, bajada el río Real, subida a cueva Secreta y vuelta al coche por la vereda de la estrella de nuevo. Espectacular para quien la conozca y para quien no. Con el deshielo la sierra está preciosa y disfrutamos como cochinos en una charca. 25km con 1000m d+, baño en el río Genil con el agua bien fresquita y nos pegamos una ensalada y un plato alpujarreño en el restaurante Maitena. De lujo, señores.


Al día siguiente, sábado, amanecemos en Prado Llano, desayunamos, nos vamos para el aparcamiento que hay justo antes de la barrera que impide la subida por el final de la carretera al Veleta y nos vamos de excursión: yo corriendo para el Veleta y Toño hasta donde llegue a hacer fotos, porque está cansado y le duelen un poquito los pies. Al día siguiente compito pero estas oportunidades no se pueden desaprovechar. Para arriba. 12km con 1100m d+. Bajamos y comemos en la estación de autobuses de Granada donde cojo el autobús para Baza donde me recogerá Luis con dos compañeros de bomberos de Cartagena para ir a Castril y correr allí la Quebrantamúsculos al día siguiente.

Recogemos dorsales y a tomar unas cervecitas. Decidimos cenar con la comida que llevamos y con lo que compramos en el super de Castril, y a las once estoy en coma en la cama. A las siete en pie, como una rosa pero con dudas sobre cómo me encontraré en la carrera. El plan es sencillo: salir a disfrutar. Y cómo disfruté…

Paco Martínez Sevilla y toda la organización de la carrera nos tenían preparado un recorrido muy entretenido por la sierra de Castril, con partes muy rápidas y corribles y otras muy técnicas donde si te encontrabas bien y eres de los que te gusta el monte podías sacar mucha ventaja a los de detrás y disfrutar mucho. El paisaje de esta sierra es un tesoro y merece la pena el viaje sólo por ver algunas de las zonas, con paisajes excepcionales, caídas de agua de cientos de metros, saltos por rocas y pasos por debajo de estas, subidas y bajadas de vértigo. Si a esto le unos el no preocuparte por la bebida y la comida porque te la pone la organización en sitios estratégicos (montaron dos avituallamientos montando las cosas en dos burros…) la cosa ya suave de escándalo.

En cuanto a la competición, la gente sale muy fuerte. Los de asfalto no tienen cabeza en el monte y tiran a degüello. Yo, despacito voy remontando y veo que no se me va la cabeza. En el primer avituallamiento quedamos ocho en cabeza juntos. Pronto se rompe la armonía en la primera bajada muy rápida. Paso segundo por el siguiente avituallamiento y en la siguiente cuesta nos quedamos ya solos tres delante que iremos gran parte de la carrera juntos. Hay zonas donde me veo fuerte para tirar pero como no sé hasta donde voy a llegar prefiero reservar y dejar hacer.

Sobre el km17 nos vamos dos para delante pero mi compañero, primero casi toda la carrera, va un poco 'cocido' por el calor que empieza a hacer y sólo va buscando el siguiente avituallamiento. Viendo que perdemos ritmo y que nos pillan por detrás, tiro en la última cuesta arriba intentando que se venga conmigo pero no puede. Bajo a muerte por la bajada más técnica del recorrido, cruzo el nacimiento del Malena y ya sólo quedan dos kilómetros para meta. Pensaba que podría terminar como había hecho la carrera, disfrutando, pero para quedar primero tuve que sufrir estos dos kilómetros lo indecible. Pero la victoria merecía ese último esfuerzo.

Luego ya se sabe, abrazos, felicitaciones, ducha fría, fotos con el ganador,…

Tras la paella (un par de platos) y unas cuantas cervezas después se produce la entrega de premios y de trofeo, y digo premios porque me llevo: fin de semana de actividades de aventura en el camping de Castril a cargo de EcoActiva, garrafa de aceite de oliva virgen extra de Castril e inscripción para la CxM La Sagra. Ahí es nada.




 Sólo me queda agradecer a todos vuestras felicitaciones (gracias, Pepe, siento no haberte reconocido entre tanta gente) y la ayuda de tanta gente para poder hacer tanta locura. Gracias a Toño y a Luis por este último viaje-aventura. Habrá más pero este ha sido muy especial.

En fin, hasta otra.

Nos vemos por el monte.