lunes, 30 de mayo de 2011

III Travesía Nocturna de Mula

Las noticias buenas también hay que darlas, no va a ser todo ir cuesta abajo y sin frenos: el equipo 'clásico' de raids Aventúra-T - La Tierra, formado por Charlie Arribas, Juan Pedro Gálvez y un servidor, fue el vencedor de la carrera dentro de la travesía nocturna de Mula del 21 de mayo.


Si, si, ¡GANAMOS! Parece que no le doy importancia, pero ya nos hacía falta a los tres algo así. Aunque, desde luego, suerte tuvimos y, como siempre, estuvimos a punto de liarla.

Para el que no conozca esto de las travesías nocturnas por montaña se trata de una pateada (normalmente andando entre 3 y 7 km/h para no penalizar) de regularidad (hay que intentar ir siempre al mismo ritmo independientemente del terreno -subidas, bajadas) por equipos (entre tres y cinco personas). Pero el año pasado Charlie le propuso a la organización incluir, además de una travesía corta de 10km y otra larga de 20km, una carrera sin límites de ritmo con el mapa de la larga. Dicho y hecho, pero el año pasado, por distintas circunstancias, no pudimos participar. Este año no lo íbamos a dejar pasar de nuevo.

Todo el recorrido está marcado en un mapa y existen balizas marcadas obligatorias y otras que la organización no marcaba en el mapa pero que, si seguías el camino por su sitio, encontrabas fácilmente. Eso en teoría. Además las salidas también se dan como en orientación, cada uno a su hora, y los de carrera salíamos con seis minutos entre unos y otros.

A las 21.50 nos daban la salida en la plaza de la Puebla de Mula y vimos que la subida más gorda estaba casi nada más comenzar al castillo de esta localidad. Primeras balizas y primeros sudores: Juan Pedro dejaba notar su falta de forma, pero como siempre dejaba lo mejor para el final. Grandes escenarios nocturnos, como la rambla Perea a su paso por los Baños de Mula donde encontramos el primer control obligatorio y avituallamiento. Seguimos para adelante y pasamos algunos puntos donde el agua se había llevado el camino y donde Juan Pedro se quedaba sin luz y teníamos que cambiar las pilas. Por eso y por hacer una parada técnica para cambiarle el agua al canario (alguno dirá al águila) nos despistamos un poco y nos saltamos la baliza que había justo antes del primer tramo de vía verde. Malo, Manuel.

Luego subimos un PR empedrado muy chulo, con Juan Pedro intentando asustar con su ritmo endiablado que no nos asustó mucho pero que sirvió para ponernos segundos de la prueba en general tan solo con el equipo local, Espuña Aventura, por delante. Subimos con la música de una feria (¿la de Abanilla?) hasta un llano donde teníamos que encontrar una línea de alta tensión; nos despistamos un poco al encontrar una de baja y confundirlas pero no tardamos en remediar el error y seguir el camino hacia la segunda obligatoria. Luego a seguir por debajo de la línea, control obligatorio y otra baliza sorpresa. Salimos otra vez a la vía verde hasta coger otra vez la rambla Perea donde nos esperaban dos balizas sorpresa y barro a go-go. Nos pusimos hasta los ojos y justo antes de salir de la rambla Perea adelantamos a Zapata que se descolgaba de los otros miembros de su equipo. Nos poníamos primeros y eso que salieron casi media hora antes que nosotros y tampoco estábamos dando el 100% en el físico. Buena señal. Baliza obligatoria, control, baliza obligatoria y meta.


Casi tres horas en una carrera que hacíendola bien hubiésemos terminado en bastante menos. 26'5kms que se me hicieron bastante cortos. Qué bien te encuentras cuando te encuentras bien.

Luego a reponer fuerzas con bocatas, zumo y el clásico chocolate con monas en las pruebas que organiza el club montañero de Mula. Comentamos la carrera con los que van llegando y pensamos que lo hemos ticado todo -creíamos que había ocho balizas en total. Nos vemos ganadores: tenemos el mejor tiempo con diferencia y, creemos, todas las balizas. Nada más lejos de la realidad. En esta carreras el que gana es el que tica más balizas y entre los que empatan en número de balizas el que tiene mejor tiempo.

Estamos a punto de liarla. Eran nueve balizas. Por suerte para nosotros, al que no le falta una opcional es porque le falta una obligatoria. Total: ganamos faltándonos una baliza.

Resultados: http://www.clubmontaneromula.com/

En la página del club montañero de Mula podéis consultar los mapas, las clasificaciones y ver una fotillos muy guapas.


Nos dieron nuestro premio pasadas las cuatro de la mañana, con lo que estuvimos esperando más de tres horas. Menos mal que la cagamos todos porque si esperamos tanto para nada nos la cortamos. Una tienda de campaña muy chula para cada uno. Con premios así da gusto subir al podio.

En fin, esperemos que sea la primera de una larga serie de victorias, que de perder ya estamos servidos...

Nos vemos por el monte,
Carlos.

viernes, 6 de mayo de 2011

V CxM de Sierra Elvira: la hecatombe.

El título es un poco victimista ¿no? Bueno, lo cambiamos: carrera por montaña de sierra Elvira: qué mal estoy ¡copón!


Foto de la organización: salida, ¡qué guapo con mi ropita de compresión!

Salimos mi hermano y yo (lo pongo delante pero el burro soy yo) de Andújar, que está en plena romería, a las siete de la mañana hacia Atarfe, a los pies de la granadina sierra Elvira donde vamos a correr. Cuando era estudiante universitario pasaba por las faldas de esta montaña al ir o volver con la bici de carretera de Pinos Puente y me parecía una sierra pequeña, no creía que se pudiera hacer una pedazo de carrera tan dura como esta (y mucho menos tan larga). Para el que no lo sepa son 28'5kms con 1900m de desnivel positivo; casi nada.

Cogemos nuestros dorsales, hacemos nuestra cositas de animales y nos vestimos para la batalla. Se esperaba lluvia pero hace un día espléndido y parece que hará calor. Y, en efecto, hasta llegar al kilómetro 12 el calor aprieta y me acuerdo de mi gorra blanca Salomon tendida en la terraza de la casa de mis padres tan bonica. A partir de ahí, sobre la primera hora de carrera, se nubla y empieza a bajar la temperatura o, al menos, a no sentirse tanto el sol. Creo que yo ya llegué a esta parte un poco deshidratado aunque me hidraté todo lo que pude. Seguía, más o menos, el ritmo de la primera chica, Kortazar, que sube bien pero que no baja tanto (y eso que yo creía de mí mismo que subía mejor que bajaba...). Hasta el km 16 la carrera no es muy dura, aunque tiene sus momentos. Pero a partir de aquí es donde se parte el bacalao.

En este punto llevo 1h25' y nos quedan unos doce kilómetros. Toca apretar. La primera subida la hago muy rápida, en menos de 8 minutos corona la parte de pateo, pero bajando la Kortazar me lo pone difícil para adelantarla en una bajada técnica y larga. Subimos un poco, avituallamiento y segunda subida, la larga. Veinte minutos con la patata a tope de pulsaciones y con una segunda parte con muchos pasos a cuatro patas por su gran desnivel. Empiezo a perder a la chica; malo. Pero no subo mal. Empezamos la bajada, otra vez muy técnica y con muchos cambios de dirección y de inclinación. Me empiezo a encontrar mal y en muy, muy poco tiempo me pasa algo que NUNCA me había ocurrido: se me bloquea la pierna izquierda (el psoas sufre una sobrecarga de campeonato) y no puedo adelantar la pierna, por lo que no puedo correr. Resultado: en llano cojeo, en bajada cojeo, en subida... de pena.



A todo esto estamos en el kilómetro 23. Me queda la subida del cortafuegos, doscientos metros de desnivel positivo muy verticales y una bajada no menos pendiente y peligrosa, luego un avituallamiento y una senda muy rápida hasta meta. No tengo ni que decir que todo esto lo hago prácticamente andando. Me caen veinte minutos con respecto a los que iba en estos cinco kilómetros. Lo que yo decía: la hecatombe, lo de matar cien reses para sacrificarlas a los dioses.

Desde aquí darle gracias a todos los que me animaron, Paco Granero y todos los del SENDA. Vuestros ánimos me ayudaron a terminar.

Mi hermano... qué decir. Terminó en 4h24' despidiéndose de las carreras por montaña durante un tiempo. Hasta los huevos. No hay más que decir, una carrera muy dura.

Foto de la organización:
Esther en primer plano y mi hermano en segundo término.



























A ver si la nocturna de Mula se nos da bien y os cuento algo bueno.

Nos vemos por el monte,
Carlos.