Nos quedamos en que llegaba la ambulancia.
Con el traje de ciclista y ya solos el conductor de la ambulancia y yo, nos vamos para la Arrixaca con las luces y la música puestas para llegar rápido pero con mucho cuidado hasta el hospital. Entro por urgencias pero como lo mío no es realmente urgente -no es fractura abierta, no me estoy muriendo- me ponen en la sala pequeña de urgencias primero en una camilla y luego, como les hace falta, en una silla de ruedas. Me dan el papel que tengo que rellenar con los datos del seguro del contrario para que no me cobren a mi toda esta historia. Y ahora a esperar.
Y a esperar, y a esperar.
Una hora después, sin que me hayan llamado ni me hayan dicho nada, llega mi mujer con su amiga Neus y mis dos hijas. Le digo que llevo una hora esperando y que si puede hacer los trámites para poder irnos al San Carlos, ya que tengo Sanitas. Cuando está a punto de concluir la gestión me llaman para hacerme la radiografía, a la que me agarro como a un clavo ardiendo y me meto a hacerla. Pido disculpas a mi mujer y entro.
Primera radiografía: en dolorosa postura me sacan la primera fotografía de mi maltrecho miembro y se confirma lo peor: fractura de radio en su tercio proximal con desplazamiento. Un traumatólogo primero y otro después me confirman que hay que operar, me ingresan en 'la cristalera' y me despido de mi mujer para pasar la noche con un par de Nolotiles sin poder moverme en la cama. Por lo menos puedo mear solo. Me pone los calzoncillos y el pijama un enfermero y me escayolan desde la axila hasta la muñeca. Me hacen unas cuantas radiografías más del brazo para confirmarlo todo y para brillar por la noche como Homer Simpson. Me ponen la vía -muy desagradable- y me sacan sangre para el preoperatorio. Dos breves incisos: la vía era pequeña para operar por lo que en Molina me pondrá otra más gorda -muy, muy desagradable. Me tienen que sacar sangre otra vez porque en el laboratorio pierden un bote -guay del Paraguay. Le comento a la enfermera (todas, por suerte, extremadamente agradables) que como el día anterior competí algún valor podría salir disparado -la CPK y esas cosas. Pues no, todo sale normal, lo que significa que no me esforcé. ¡Qué buen entrenamiento me salió!
Voy a descansar el brazo que no puedo más.
Nos vemos por el monte,
Carlos.