jueves, 1 de abril de 2010

Raid de Cabra y lo que hay que aprender


No se puede ganar siempre. En nuestro caso, no podemos ganar nunca...

Hicimos el raid de Cabra, de la liga nacional de raids, con el nuevo equipo formado para competir esta temporada en élite junto al Cortijo Torre Guajar y sus secuaces: Fran (puro Torre Guajar), Javi (triatleta de Macael) y Carlos (corredor por montaña y de todo del Alto Almanzora); nuestro equipo para esta temporada, del Aventúra-T Joluvi La Tierra, lo formamos: Carlos (yo, que hago de todo y, probablemente, nada bien), Juan Pedro (corre mucho, mucha bici y poca cabeza...), Tere (triatleta de pro y buena en lo que se proponga) y Charlie (estamos madurándolo, a ver si entrena más; corre mucho y orienta bien, una cabeza pensante para el equipo).

Nos presentamos allí Fran, Javi y yo con nuestras grandísimas asistencias (eso sí que es la élite de las asistencias) Marga y Maria y con nuestras alforjas aprovisionadas por la madre de Fran (ya son famosas entre los raiders españoles sus barritas caseras y sus empanadillas). Lo malo de los raids es que no empiezan cuando se da la salida, sino mucho antes con sus preparativos, coordinación de los cinco que íbamos, inscripciones, hoteles, ... En fin, eso os lo ahorro.

Salíamos el sábado 13 a las 10 de la mañana con algo de frio y un mínimo, según la organización, de 12 horas por delante, que serían muchas más para la mayoría de equipos. Con Fran sin llegar a su tope de forma y Javi saliendo de una enfermedad, nos planteamos la prueba tranquila pero sin fallos, ir bien de orientación y con ritmo constante; y así lo hicimos durante las primeras horas: un score urbano cortito (30'), una mtb larga y con una subida muy dura donde llevamos durante 20 minutos la bici al hombro (3h30') y un trekking con patines donde ya se le empezaron a ver los dientes al lobo (4h20'). Nos plantábamos en la sección cuarta, la más larga del raid, con 8h en el cuerpo y empezando a anochecer. Se suponía que habíamos pasado lo peor y que ahora llegaba lo fácil pero nada más lejos de la realidad. Aquí empezaba el raid y, por desgracia, terminaba para nosotros.

Salimos hacia la cueva de los murciélagos donde teníamos un rapel y una cueva con un punto en su interior que había que ticar. Con la acumulación de equipos y la noche que caía, perdemos mucho tiempo y nos vamos desesperando y cogiendo frío (unos 3ºC a las 8 de la noche). Tenemos problemas con el frontal de Javi y tenemos que parar dos veces a arreglarlo. Luego bajada muy rápida, donde se nos pegan varios equipos por lo brillante de nuestros frontales y llega el principio del fin. El siguiente punto nos cuesta porque en el mapa aperecen caminos que luego están arados y porque el cansancio, la noche, el frío, van haciendo mella en el equipo. Lo ticamos con muchos equipos a los que habíamos aventajado en secciones anteriores pillándonos (se habían tenido que saltar la cueva, pero no lo sabíamos) y vamos hacia el siguiente, donde el barro, el frío, el cansancio y tantas cosas nos hacen retirarnos tras casi una hora buscando la puñetera baliza.

Luego, en frío, todos pensamos que no hicimos lo mejor, pero había que estar allí pensando lo que nos quedaba: badeo de río (que se suspendió tras pasar tres equipos por el caudal del río, un metro más que la noche anterior) donde dos de los favoritos estuvieron a punto de retirarse (unos con hipotermia todo el equipo y otros con uno de sus componentes con suero en la ambulancia; ambos siguieron y llegaron a meta segundos y terceros); 8km de remo (también se suspende por la misma razón que es badeo). Después unos 20km de bici y 13 de run & bike. El agua nos quitaba las ganas de seguir.

Pero todo tiene su lado positivo: fuimos de los pocos equipos que cenaron caliente esa noche y, casi seguro, los que más y mejor durmimos.

Para la próxima no nos retiramos. Ni de coña. Pero, cuando estemos allí.... ya veremos.

Saludos,
Carlos.

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